La importancia de la Región en el análisis histórico.
Pensar en hacer historia, es tratar muchos factores académicos que se pulen con el paso del tiempo bajo herramientas y ejemplos que, a lo largo del registro teórico del oficio, sirven de base para todos aquellos que gustamos de guardar los acontecimientos que al individuo le parecen importantes. Un rubro que parecería sencillo de entender, o que a la simple mención damos por comprendido, es la historia regional, muchos detallamos región bajo el esquema de un territorio designado bajo una división política, esto es correcto, pero, ¿qué de profundidad tiene la definición pensando en la investigación histórica?, así entonces se presentan los diversos intentos por rescatar una lógica que coincida con los simpatizantes de la historia.
Existe el intento por varios estudiosos para dar respuesta y sobre todo para dar razón a la importancia de comprender la historia partiendo de regiones, Allen Wells cita la diferenciación económica interregional como factor de distinción; Claude Morin da el valor a los límites y división político-administrativa dado que sus estudios así se han manufacturado; igualmente Mark Wasserman, define el termino como congruente con las fronteras; Luis González bajo su excelente propuesta de microhistoria, análisis de terruños o localidades, acepta la relación entre historia local con la consideración de la estructura espacial.[1] Podríamos traer acá un sin fin de términos por acumulación, pero lo importante es que la historia, partiendo principalmente de una ciencia que pretende pulir cada enfoque, juega con ideas, que dependiendo del estudio mismo, pueden modificarse.
Entendiendo algunas de las definiciones anteriores, coincido con aquella que marca a la región como una interacción de espacio, tiempo y sociedad, destacando como vinculador principal, la especialización económica, es decir, la economía como factor de transformación histórica, ha dado a diversos sectores geográficos nacionales e internacionales, la diferenciación que, a la vista de cualquier análisis, podríamos definir como región. Evidentemente la economía trae consigo un sin fin de fenómenos, desde conflictos étnicos, culturales, de propiedad, religión y principalmente el marcado crecimiento de las jerarquías sociales.
La cuestión entonces como historiadores es la siguiente, ¿por qué es importante entender una región en nuestras investigaciones? Encuentro dos importantes motivos en la investigación y entendimiento de contextos históricos; primero, si no establecemos definiciones previas, corremos el riesgo de explicar objetos, sujetos o fenómenos sociales erróneos, es decir, si no se cuenta con un anticipado análisis de la región, contexto y transformaciones, será un tanto complicado usar conceptos explicativos en nuestro análisis; segundo, entender la estructura interna de una región, constituye la sensibilización para comprender la relación del espacio físico y social (con toda su carga a nivel antropológico y arqueológico), así como los sistemas regionales y de clases que dan la especialización, y las subsecuentes relaciones económicas y de clase social. Es entonces al análisis regional un rubro que, para el oficio de historiar, nos permite adentrarnos en factores que nos harán llegar a un entendimiento en muchas ocasiones nulo para otras ciencias y que, a su vez, dará opción a una nutrida reflexión que nos servirá de guía para forjar historias con principios sólidos.
Es claro que la profundidad del análisis se puede llevar a diversos niveles en la investigación, los puntos citados son sólo algunos de aquellos que pueden ser considerados en el rico andar de la historia, evidentemente y pensando en la dificultad de cada trabajo de investigación, la reflexión individual, seguramente enriquecerá más el legado histórico de México, así entonces apunto la siguiente cita de Eric Hobsbawn:
“Todos los historiadores son más expertos (o, dicho de otro modo, más ignorantes) en unos campos que en otros. Fuera de una zona generalmente limitada, deben confiar ampliamente en la tarea de otros historiadores.” [2]
Bibliografía.
Van Young, Eric, “Haciendo la historia regional: consideraciones metodológicas y teóricas” en Pedro Pérez Herrero (compilador), Región e historia en México (1700-1850), México, Antologías Universitarias, Instituto Mora-Universidad Autónoma Metropolitana, 1991.
Hobsbawn, Eric, La Era de la Revolución, 1789-1848, Critica, Barcelona, España, 1962.
González y González, Luis, El Oficio de Historiar, El Colegio de Michoacán, México, 1999.
[1] Van Young, Eric, “Haciendo la historia regional: consideraciones metodológicas y teóricas” en Pedro Pérez Herrero (compilador), Región e historia en México (1700-1850), México, Antologías Universitarias, Instituto Mora-Universidad Autónoma Metropolitana, 1991, pp.100-101.
[2] Hobsbawn, Eric, La Era de la Revolución, 1789-1848, Critica, Barcelona, España, 1962, pp. 7.