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Palenque, los exploradores que abrieron su mundo

Desde el descubrimiento de Palenque, numerosos investigadores y viajeros han dedicado parte de su vida para difundir la importancia de esta ciudad, un lugar que se caracteriza por un gran desarrollo urbanístico, una calidad impecable en sus obras escultóricas y arquitectónicas, y sus numerosas inscripciones glíficas que han aportado a la investigación de forma decisiva en la comprensión de su máximo desarrollo durante el periodo Clásico (300-900 d.C.).


La desocupación de la ciudad, estimada en el siglo IX d. C., dio paso a un abandono de más de 800 años, es hasta 1567 en donde el misionero fray Pedro Lorenzo de la Nada, funda el pueblo de Palenque muy cerca de las ruinas, no causando la zona gran interés en los lugareños.

Los primeros exploradores dieron nota de las ruinas en el año 1784, bajo la batuta del teniente José Antonio Calderón, designado por José de Estachería, presidente de la Audiencia, gobernador y capitán general de Guatemala. Se inspeccionó el lugar, dejando un informe sobre la exploración, describiendo varios de los edificios y complementando con algunos dibujos. Como resultado se pensó que la ciudad tenia tan sólo tres siglos de abandono. La segunda exploración, se realizó en 1785, también ordenada por José de Estachería, quien designó los trabajos al arquitecto de obras reales de Guatemala Antonio Bernasconi, efectuando estudios más detallados de los edificios, elaboró planos de los principales basamentos como el Palacio y el Templo de las Inscripciones, también levanto mapas del lugar. Una exploración más fue ordenada por el rey Carlos III, en el año 1786, encargando la empresa al capitán Antonio del Río y al dibujante Ricardo Almendáriz, realizaron descripciones detalladas de los edificios y de piezas recuperadas, de las cuales 32 llegaron a España y fueron resguardados en el Real Gabinete de Historia Natural, actualmente se mantienen en el Museo de América de Madrid.


En el siglo XIX, las expediciones se volvieron mas frecuentes, para 1807 llegó al sitio Guillaume Dupaix, en expedición ordenada por el rey Carlos IV, se presentaron problemas en la expedición ya que coincidió con el inicio de la guerra de independencia; los resultados se publicaron hasta 1831 en una edición de Lord Kingsborough titulada Antiquites of Mexico. Entre 1832 y 1881 llegaron a Palenque viajeros como Jean Frederick de Waldeck, quien reportó por primera vez dos estelas iguales, una de ellas conocida como la Muerta, encontrada frente al Templo de la Cruz; John Herbert Caddy y Patrick Walker, John L. Stephens y Frederick Catherwood, y Desiré Charnay, otros viajeros que aportaron descripciones. A finales del siglo XIX, un vecino del pueblo de Santo Domingo de Palenque retiró el panel central del tablero de la Cruz, con la intensión de venderlo en el extranjero, debido a su peso y a la intervención del gobierno, sólo logró llevarlo hasta la orilla del arroyo Otolum, en donde fue dibujado por Stephens y Waldeck, años mas tarde la lapida fue recuperada y llevada a la Ciudad de México.


Los estudios y trabajos arqueológicos que marcaron el inicio de los registros profesionales, fueron los del arqueólogo inglés Alfred Maudslay entre 1890-1891, y de William H. Holmes en 1895. Maudslay realizó el primer levantamiento topográfico del sitio y asignó nombres a los edificios, realizó descripciones, dibujos y fotografías; ya se contaba con una galera dentro del sitio arqueológico, hecha de tronco y palma, que servía de bodega para guardar los hallazgos.


Para el siglo XX, en 1932 Frans Blom hace exploraciones en distintos edificios, recuperando varios fragmentos de cartuchos de estuco, parte del tablero del Templo XVIII. Heinrich Berlín en 1942, y Alberto Ruz en 1954, realizaron excavaciones, localizando el resto de la inscripción del tablero. Entre 1934 y 1942, realizaron más excavaciones dirigidas ahora por Miguel Ángel Fernández, acrecentando el acervo de piezas y materiales arqueológicos para los estudios del sitio; durante siete temporadas realizadas por Fernández, se exploraron diversos edificios, entre ellos el Palacio, la Lapida de la Creación, el Tablero de los 96 glifos. En 1941, Eulalia Guzmán realiza una inspección al sitio, en su informe describe el deterioro de los edificios, realizo 31 propuestas para conservar la zona y hacerla accesible al turismo. Con la llegada de Alberto Ruz Lhuillier a Palenque, desde 1949 hasta 1958, se llevó a cabo el programa más importante hasta entonces, planteando definir las etapas de ocupación del sitio a través de los materiales arqueológicos. Alberto Ruz Lhuillier realizó uno de los hallazgos más sobresalientes de la arqueología maya de México en 1952, la Tumba de Pakal; el rico ajuar funerario del gobernante y las ofrendas asociadas a su entierro resultaron clave en la interpretación en el devenir histórico del personaje y lugar.



En 1955 se inicia la construcción del primer museo de sitio en Palenque, la instalación de las colecciones del recinto estuvo a cargo de Carlos Pellicer apoyado con personal especializado. Entre 1967 y 1974 Jorge Acosta realizó trabajos en el lugar; posteriormente César Sáenz continuó las exploraciones entre 1979 y 1982, con lo que se agregaron piezas a la exposición permanente del museo. En 1982 el arqueólogo Roberto García Moll planteó la necesidad de un programa para la preservación de los bienes arqueológicos de Palenque. La arqueóloga Rosalba Nieto realizó diversas exploraciones con hallazgos importantes entre 1983 y 1988. Para 1989 se inicio bajo la dirección del arqueólogo Arnoldo González un nuevo proyecto, comenzando por el grupo de las Cruces, recuperando cerca de un centenar de incensarios; trabajos en el Palacio y Templos XII y XIII, donde se localizó el templo de la Reina Roja.


Desde las primeras expediciones, los aportes de cada sujeto involucrado han servido para documentar la construcción del sitio y para tratar de identificar a su civilización, el trabajo de cada expedicionario, viajero y profesional del rubro, ha dejado clara la grandeza de este lugar y su contexto, siendo importante para el legado prehispánico de nuestro México.



Fuentes:

  • Guillermo Romero Bernal; Martha Cuevas García; Arnoldo González Cruz, Guía esencial Palenque, Chiapas-México, INAH/Raíces, México, 2000.

  • ________, Proyecto Especial Palenque. Tercera temporada de campo, informe presentado al Consejo de Arqueología del INAH, México, 1991.

  • Martha Cuevas García; Arnoldo González Cruz, La Presencia de Palenque en los Museos de México y del Mundo, en Arqueología Mexicana, Especial no. 8, Raíces, México, 2001.









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