Tajín
El Tajín, lo que alguna vez fue la capital del Totonacapan[1], zona del norte del actual Estado de Veracruz, cuidad que tuvo una notable expresión urbana, es de especial interés para entender la historia y arqueología veracruzana, representa un proceso social y cultural que comienza con el establecimiento de un modesto centro ceremonial hasta convertirse en un asentamiento de tipo urbano. La ciudad de Tajín forma parte del municipio de Papantla y se encuentra a una distancia de 14 km de esta y a unos 16 km de Poza Rica, el sitio se encuentra en las estribaciones de la Sierra Madre Oriental, también denominada Sierra de Papantla, entre los ríos Cazones por la cara norte y el Tecolutla al sur. Sus coordenadas son 20°28´35” latitud norte y 97°22´39” de longitud oeste2. Tajín, con significado trueno o rayo, desde siempre ha estado sujeta a frecuentes tormentas y ciclones, por lo que en la época prehispánica se le considero como cuidad sagrada de Huracán. El clima de la región es tropical tipo senegalés (AWA), con lluvias prácticamente todo el año, y su precipitación anual es de 1000 mm, la temperatura varía entre los 9 a 40°, con una medida anual de 25°C[2].
El desarrollo del Tajín se dio en los siglos IX y XII, ubicándose en el periodo Clásico Tardío y Posclásico Temprano, concretamente en el Epiclasico, en efecto después de la caída de grandes centros rectores del Clásico, como Teotihuacán, florecieron nuevos centros en vías de expansión, esto fue un fenómeno de ruralización ocurrido en la fase Coyotlatelco y que dio la articulación a ciudades como Xochicalco, Tula, Chichen Itzá, Uxmal y por supuesto El Tajín. Considerando a la cuidad de El Tajín como centro de expansión en el periodo Epiclasico, Bruggemann clasifico lo siguiente:4
Fase pre urbana en donde se construye la Plaza de Arroyo (al sur del sitio) con fines ceremoniales.
Fase de consolidación. La población rural se convierte en tributaria de la cuidad.
Fase de expansión urbana, correspondiente al máximo florecimiento y a los más grandes logros arquitectónicos.
Fase de destrucción, la población se comienza a separar y se presenta el abandono paulatino de la cuidad.
Fase posterior a la caída del sitio, una vez abandonada la cuidad, pobladores vecinos visitan el sitio para ceremonias, ofrendas y entierros que se han encontrado en la Plaza del Arroyo.
El Tajín es una de las ciudades con el mayor número de estructuras, entre ellas las dedicadas al juego de pelota, actualmente están registradas 17 en lo que corresponde al área urbana explorada, el territorio fue transformándose con en el escenario del espacio y tiempo sagrados, en donde como cualquier ciudad prehispánica, actuaban las deidades y el legado de los ancestros, relacionando al hombre, la naturaleza y el cosmos.
Piña Chan, establece tres fases o trazos fundamentales para la cuidad, los que se explicaran brevemente:
Fase I. Bajo una organización sacerdotal, concentro sus esfuerzos en la zona baja sur o Grupo del Arroyo, construyendo basamentos y juegos de pelota. El sistema de construcción es a base de mampostería irregular con morteros de barro y revestimiento de estuco. En la zona baja de los asentamientos y distribución de edificios se emplean para uso religioso, siendo así el Grupo del Arroyo el aglutinador de viviendas y población, esta plaza también pudo funcionar como para festividades y/o el mercado.
Dentro de una serie de elementos, puede determinarse esta etapa como a finales del Clásico Temprano, comienzos del Clásico Tardío, uno de ellos es la escultura que introdujo la idea religiosa del monstruo de la tierra, concebido como un lagarto-serpiente gigantesco que descansa bajo la tierra, así como el concepto de que el sol descansa en la casa de dicho monstruo y de ella sale a diario, haciendo alusión a su nacimiento y muerte.
Fase II. Las condiciones climáticas favorecieron a la agricultura aumentando el tamaño del mercado y por tanto el intercambio de productos, esto trajo el aumento de la población por la atracción de la cuidad y con ello también impulsaron al centro ceremonial hasta convertirse en una ciudad.
Con esto vino una serie de adecuaciones en toda la parte media de la cañada en donde se construyeron basamentos con uso habitacional, las plazas y espacios para mercados aumentaron, de esta forma el llamado Grupo de Arroyo se incorpora a otro denominado Grupo del Tajín Grande. Esta fase se estima que ocurrió entre el 750 al 900 d.c. en donde se construyen los edificios 4, 6, 10, 12, 15 y 23, la subestructura 5 y los juegos de pelota 13-14, 7-8, 11-11bis y 24-25, con esto las secciones sur y media se convierten en una de las regiones más importantes de la costa del Golfo.
Fase III. Esta puso haber ocurrido entre los años 900 al 1100 d.c. en donde la cuidad alcanza su máxima extensión y apogeo, se levantan el total de los edificios de la Sección Norte o Grupo de El Tajín Chico, se construyen el gran muro de contención, la Gran Greca, la Plaza de la Pirámide de los Nichos compuesta por los basamentos 1, 2, 3, 4 y 5, así como el Juego de Pelota Sur con su tablero decorados en bajo relieve.
Se destina al gobierno el conjunto conocido como de la Columnas, así como los edificios 33, 34, 35, 36, 37, 38, 39 y 40, también los juegos de pelota 30-31, 3031bis y 82-83, en cuanto a los cambios arquitectónicos y técnicas constructivas se encuentran las losas planas de hormigón, arco y columnas a base de
tambores de piedra decorada. Se continúa con los tableros con bajorrelieves y los frisos dentro de un estilo simbólico relacionado con Quetzalcóatl en varias advocaciones.
Por estas divisiones o fases podemos determinar las fechas de diversos cambios, así tenemos la Fase I, de
600 a 750 d.c.; Fase II, de 750 a 900 d.c., y Fase III, de 900 a 1100/1200 d.c., como la periodización del sitio.[3]
Los primeros pobladores de ésta zona se desarrollaron básicamente como comunidades agrícolas que complementaron su dieta con la pesca en las lagunas y ríos aledaños, así como la caza de animales salvajes. Siendo así la agricultura, el comercio y trueque de mercancías y servicios con los pueblos circunvecinos las principales actividades económicas de la población de Tajín.
Las primeras relaciones sociales para la ésta zona, así como para la mayoría de los sitios del Golfo de México, se ven influenciados por la cultura Olmeca con pequeñas variaciones sobre todo en lo artístico, pero fundamentalmente sobre la misma base socioeconómica:
“La autosuficiencia es la base del individuo y la comunidad; el campesino es al mismo tiempo agricultor, artesano, persona pública o sacerdote de acuerdo con sus habilidades personales” [4]
Posteriormente, con el crecimiento de la ciudad y la centralización del poder la urbe modificó las relaciones tanto sociales como económicas. Si bien Tajín es un área cultural que ha dado señas de vida en los cuatro periodos históricos del México Antiguo, no es hasta el ya citado periodo Epiclasico que se ha formado un contenido social, político y económico basto, contando así con una teocracia y un militarismo en su sociedad. Este crecimiento interno y algunos cambios externos como la desocupación de Teotihuacán dan un realce como ruta de comercio a Tajín y lo conforman como una de las metrópolis más importantes del área costera, cuya ubicación y estrategia la posicionó como el paso primordial entre el centro y el sur de Mesoamérica.
Para la primera fase “fase pre urbana”, como ya se citó, se construye la Plaza de Arroyo ubicada al sur del sitio y la cual se piensa fungió con fines ceremoniales y como zona de intercambio comercial, ésta es la plaza más grande del asentamiento y según García Payón:
“…bien pudo haber servido tanto para las grandes reuniones como para el intercambio”7
De tal modo se empieza a ver en la zona un lugar público para la relación no sólo con los habitantes de El Tajín, sino también con las comunidades cercanas. La parte sur del asentamiento desde el punto de vista urbano, se identifica con el centro al que concurre una población agrícola dispersa para sus celebraciones religiosas o para algunas actividades comerciales, este aspecto tiene similitudes con Tres Zapotes, Cerro de las Mesas, Medellín de Bravo, Chalahuite y muchos más, siendo un patrón de asentamiento común en la Costa del Golfo. La región central de Veracruz fue paso obligado en las rutas de los mercaderes que recorrían el camino entre Teotihuacán y las ciudades mayas. Por esa razón, el estilo artístico teotihuacano y los elementos iconográficos del panteón de dicha urbe está con abundancia en la región; incluso muchos de los estilos arquitectónicos que definieran al mundo clásico costeño derivaron de alguna manera del complejo Talud y Tablero de la capital teotihuacana.
La Economía en la Cultura Totonaca, se basó en la explotación de los manglares, así como de la pesca, la recolección de moluscos, la caza de aves marinas y otros mamíferos. La gran trascendencia fue que usaron los ríos, lagos y el mar como vías de comunicación e intercambio cultural de materias primas. En la Agricultura fue de gran importancia en el cultivo de maíz y algodón, así como la explotación de diferentes recursos naturales, que después los obligó al desarrollo de diferentes caminos que los comunicaban a la costa, usar rutas en las llanuras costeras con la sierra y cambios de estrategia en los altiplanos.
En estos tiempos, el Totonacapan vio florecer aldeas y centros ceremoniales que gozaban de una abundante producción y que dejaron testimonios de su creatividad en las ricas ofrendas rituales que han sido descubiertas en épocas recientes por los arqueólogos. De todas ellas, el descubrimiento más espectacular se realizó en el sitio llamado El Zapotal, ubicado en la parte meridional de la amplia región de la que nos ocupamos. Este lugar fue probablemente un importante santuario dedicado a Mictlantecuhtli, el señor de los muertos, y así la gran ofrenda reconstruye de alguna manera el concepto que aquellos costeños tenían del inframundo.
Enrique Gómez, 2017
[1] Vocablo que en lengua totonaca significa “Tres corazones” o “Tres panales” y que también fue utilizado para designar a los distintos asentamientos que tuvieron lugar en la zona del Golfo y que comparten rasgos similares en cuanto a lengua y costumbres. 2 Ladrón de Guevara, Sara, Imagen y Pensamiento en el Tajín, Instituto Nacional de Antropología e Historia, Universidad Veracruzana, México, 1999. P. 17.
3 Piña Chan, Román y Castillo Peña, Patricia, Tajín La Ciudad del Dios Huracán, Fondo de Cultura Económica, México, 2001. P. 16. 4 Op Cit, Ladrón de Guevara, Sara, P. 21.
[3] Op Cit, Piña Chan, Román y Castillo Peña, Patricia, P. 83-90.
[4] Brüggemann, Jürgen. “La zona del Golfo en el Clásico” en Manzanilla Linda y Leonardo López Luján (Coord.) Historia Antigua de México. Volumen II El horizonte clásico, México, INAH, UNAM, Miguel Ángel Porrúa, 1995 p16 7 García Payón, La Ciudad arqueológica de El Tajín.
Bibliografía:
Pascual Soto, Arturo. “El Tajín: Arte y poder”. México, UNAM, Instituto de Investigaciones Estéticas, INAH. 2009.
Fernández Cuevas, Héctor. “El Tajín: Estudios monográficos”, Universidad Veracruzana. México, 1995. Brüggemann, Jürgen. “La zona del Golfo en el Clásico” en Manzanilla Linda y Leonardo López Luján (Coord.) Historia Antigua de México. Volumen II El horizonte clásico, México, INAH, UNAM, Miguel Ángel Porrúa, 1995 p16
García Payón, La Ciudad arqueológica de El Tajín, Universidad Veracruzana, México,1951.
Ladrón de Guevara, Sara, Imagen y Pensamiento en el Tajín, Instituto Nacional de Antropología e Historia, Universidad Veracruzana, México, 1999.
Piña Chan, Román y Castillo Peña, Patricia, Tajín La Ciudad del Dios Huracán, Fondo de Cultura Económica, México, 2001.
Ladrón de Guevara, Sara, Imagen y Pensamiento en el Tajín, Instituto Nacional de Antropología e Historia, Universidad Veracruzana, México, 1999.