top of page

Xochimilco, breve relato

Espacio de aguas abundantes, penetrante vegetación y ambiente lacustre, características únicas que desde el México prehispánico llenan de importancia al sito; hoy prácticamente un oasis encallado en la gran Ciudad de México, Xochimilco muestra una grandeza natural que embellece a nuestra capital.


Cerca del siglo X, cuando los xochimilcas, una de las siete tribus nahuatlacas, hicieron su aparición en el Valle de México con la fundación de Xochimilco y, más tarde, con la constitución de Mixquic, Tláhuac y Culhuacán, comenzaron el pasaje que actualmente se analiza desde diversas perspectivas. Para 1430 la tripla alianza impuso su poderío, convertidos en vasallos, participaron en obras de construcción de la calzada de Iztapalapan y tuvieron una intervención como elementos de guerra al lado de los Mexicas. Una vez derrotado el imperio Mexica por la invasión europea, la llegada de los misioneros comenzó a dar perfil a la población con la incursión de actividades artesanales y cada barrio adquirió una especialización, de esta manera los herreros se establecieron en San Pedro, los ceramistas y paneleros en San Antonio, lapidarios y floricultores en San Juan, petateros en Caltongo, escultores en la Concepción y cesteros en Asunción.



Con la llegada de los franciscanos, encabezados por Fray Martín de Valencia, estos tomaron el cargo de la evangelización de la zona y en 1533, se funda el impresionante convento de San Bernardino de Siena, cuya construcción precedida por el tiempo sigue siendo orgullo indiscutible de la actual delegación; en donde también se destacan el convento y el templo de la Visitación, en el cerro de Tepepan, cuya construcción data de 1599.


De los originarios de Xochimilco que tuvieron una existencia notable durante la Colonia, sobresalen sin duda, Juan Badiano, traductor al latín del primer escrito sobre medicina que se elaboró en América: Libellus de Medicinalibus Indorum Herbis, en 1552, mejor conocido como Códice Badiano; que decir de Martín de la Cruz, escritor en náhuatl de las características curativas de la herbolaria como legado del México prehispánico.


Con el andar del tiempo, el lugar inicialmente con la categoría de provincia y posteriormente la de villa, fue caracterizándose por la actividad agrícola al tiempo que desarrollaba de manera notable las tradiciones religiosas que actualmente distinguen la región. La zona desde la época colonial y buena parte del siglo XIX se distinguió también por la producción chinampera con los que daban abasto a buena parte de la ciudad en diversos productos de canasta básica.


En 1890, Alonso Iñigo Noriega, estableció un servicio de vapores que transitaban por los canales de Xochimilco e Iztacalco, los cuales quedaron bellamente registrados en una litografía de Casimiro Castro. En la época, durante el porfiriato se llevaron a cabo grandes obras hidráulicas con el fin de explotar la abundante agua y proveer a la ciudad del líquido vital. Fue así como entre los años 1905 y 1910, se construyeron las casas de agua, bombas y redes hidráulicas para surtir con sus manantiales de agua a la ciudad.



Durante la Revolución Mexicana, entre los años 1911 y 1917, Xochimilco fue escenario de numerosas acciones de guerra entre el Ejército Libertados del Sur y las tropas federales o las constitucionalistas. El 4 de diciembre de 1914, Francisco Villa y Emiliano Zapata firmaron el Pacto de Xochimilco, en donde la División del Norte y el Ejercito Libertador de Sur, establecían una combinación y alianza de poder para enfrentar al carrancismo. Al término de la lucha armada y tras la institucionalización que trajo el conflicto, un nuevo gobierno emanado de la Revolución, le dio otro lugar a Xochimilco y comenzó a posicionarse e integrarse a la mancha urbana de la Ciudad.[1]


En la tercera década del siglo XX, el aumento del turismo en la zona fue una constante, la tradicional trajinera, mas allá de servir para transportar enseres y productos básicos, se convirtió en un medio de atracción para los visitantes en donde hasta la fecha, se brindan recorridos para apreciar los lugares icónicos del sitio. En 1987 la UNESCO declara la zona chinampera como patrimonio Mundial, con sus diecisiete barrios, catorce pueblos, nueve canales, siete lagunas importantes y nueve embarcaderos, como una de los principales atractivos en la Ciudad de México.


La historia sostiene los hechos que dan envergadura a nuestras características, tradiciones y comportamientos como individuos sociales, Xochimilco es un ejemplo vivo de la prevalencia de nuestro pasado, en donde podemos encontrar mucho de lo que actualmente somos como ciudadanos, mitificados por nuestra historia misma.



Bibliografía.


  • Gilly, Adolfo, La Revolución Interrumpida, Ediciones ERA, México, 1971.


  • Díaz Soto y Gama, Antonio, La Revolución Agraria del Sur y Emiliano Zapata su Caudillo, Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, México, 1961.


  • Alatriste Guzmán, Oscar, Xochimilco. Aspectos Históricos-Culturales, México. http://www.revistadecires.cepe.unam.mx/articulos/art7-6.pdf




[1] Gilly, Adolfo, La Revolución Interrumpida, Ediciones ERA, México, 1971, pp. 86-121.


Entradas destacadas
Vuelve pronto
Una vez que se publiquen entradas, las verás aquí.
Entradas recientes
Archivo
Buscar por tags
Síguenos
  • Facebook Basic Square
bottom of page