Huapalcalco
Localizada en al Valle de Tulancingo, zona lacustre que forma parte del eje volcánico del extremo nororiental del altiplano central del país, su construcción fue edificada en una planicie situada entre los 2000 y 2200 msnm, rodeada por depósitos aluviales derivados de sedimentos transportados por arroyos circundantes, que gradualmente la fueron rellenando. En las cercanías se encuentra el río Tulancingo, parte de los afluentes del gran río Panuco, se nutre de los escurrimientos montañosos de Ahuazotepec y de los bloques de Tlaxcala. Las elevaciones que circundan la zona de sur y poniente, actuales límites de la cuenca de México, son parte de la estructura volcánica del eje Neovolcánico, en la parte de norte a oriente, el valle está limitado por la Sierra Madre Oriental. Huapalcalco deriva de los vocablos del náhuatl “huapalli” o “huapalitl”, que significa tabla o viga pequeña; y “calli” que significa casa con su preposición locativa, la traducción de ambos vocablos es “Lugar de la Casa de Madera”.[1]
Precisar la cronología de Huapalcalco ha sido una de las incógnitas para los estudiosos del sitio, por mucho tiempo ha sido considerado un sitio con fuerte influencia Teotihuacana, conclusión que se determinó por su marcado parecido en el estilo arquitectónico del basamento principal de esta gran civilización, con una gran ocupación que abarca desde el preclásico hasta el posclásico tardío[2]. Investigaciones posteriores proponen que la ocupación medular se dio en el clásico tardío[3], tema que se corroboro y preciso con pruebas de radiocarbono realizadas a restos hallados en distintos entierros de las unidades habitacionales.[4] Los resultados actuales nos indican que la ocupación más representativa del sitio, se dio en el Epiclásico, en donde es clara la importancia comercial basada en la explotación de los yacimientos de obsidiana colindantes, siendo este sitio un centro regional entra la cuenca de México y la Huasteca.[5]
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En términos de investigación histórica, no se puede dejar de lado el planteamiento del INAH, quien propone bajo sus estudios una periodización de cuatro etapas: la más añeja es la prehistórica, en donde la presencia de puntas tipo flecha y un hacha, fechadas hacia el 7,000 a.C. (cenolítico inferior 10,000 a 7,000 a.C.), así como el hallazgo de pintura rupestre en el cerro la Mesa y el Tecolote; La segunda ocupación la datan entre el ya citado preclásico tardío y el clásico temprano (100 a.C. al 350 d. C.), bajo el estudio de la estructura VI con características Teotihuacanas; la tercer ocupación se cita en el periodo Epiclásico (700 a 900 d. C.), ya comentado con antelación; y la cuarta ocupación, hace referencia a los hallazgos localizados en un espacio aparentemente poblado durante el posclásico tardío (1200 a 1521 d.C.) de materiales cerámicos de las fase Azteca III y IV, de dos yugos de origen Totonaca, así como una pieza de Huehueteotl, dios viejo.[6]
Existen tres vertientes importantes para la investigación en Huapalcalco, las primeras dos, son de índole social y económica, recordemos que las transformaciones históricas a lo largo de la historia, se estructuran con base en el desarrollo económico el cual dista de componentes propios de su crecimiento, como pueden ser los recursos naturales disponibles en la región, la transformación de insumos en productos terminados con demanda y uso cotidiano, etc., teniendo por tanto, su posicionamiento como un territorio económicamente activo que desarrolla sus aparatos en pos de dominio o mejoras sociales;[7] y la tercera, tiene que ver con la mitología de sus pobladores, parte fundamental en el ámbito cosmogónico que nutrió al grupo.
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El primer objeto de análisis es la cerámica, en el periodo Epiclásico desarrolló y conservó un estilo de cerámica tradicional de origen Teotihuacano, empleando una tendencia de cerámica roja sobre café y algunas formas de cajetes exhiben afinidad con vecinos del altiplano como Cacaxtla-Xochitecatl y Xochicalco; tambien se encuentran piezas de cerámica naranja, muy posiblemente traídas del Golfo de México. Las tradiciones alfareras del Epiclásico en el centro de México y el estudio de la cerámica de Huapalcalco han permitido proponer, de acuerdo a Margarita Gaxiola González que: 1) la tradición alfarera teotihuacana persistió en el Altiplano Central con una extensión y conservación que excede la distribución de la cerámica Coyotlatelco y cuya mayor intensidad y complejidad se manifiesta fuera de la esfera Coyotlatelco; 2) algunos grupos cerámicos que constituyen el fenómeno innovador en la alfarería del Epiclásico se desarrollaron en forma independiente del estilo Coyotlatelco, y 3) que el sincretismo de tradiciones y estilos cerámicos es un fenómeno heterogéneo pues su naturaleza es híbrida y no se circunscribe a un bloque monolítico Teotihuacán-Coyotlatelco.[8]
Con lo anterior y bajo las pruebas estudiadas, concluimos que la cerámica bajo una constante de intercambio de estilos, es una muestra del papel estratégico que la región de Tulancingo, en el nororiente del Altiplano Central, y la consolidación que tuvieron en el reordenamiento de nuevas rutas de comercio que se gestaron en el Epiclásico. La temporalidad de Huapalcalco se evidencia con los relatos de Ixtlilxóchitl sobre la migración de pueblos costeños al Altiplano Central que fundan Huapalcalco y posteriormente Tula, y que en la historia Tolteca Chichimeca son conocidos como Nonoalca. La presencia de este grupo, especializado en el intercambio de cerámica a larga distancia, está atestiguada por diversos elementos culturales costeños encontrados en Huapalcalco. Entre ellos destacan los yugos encontrados por Lizardi Ramos en el año de 1958 en los palacios pintados de Huapalcalco, y una cerámica que hemos llamado Naranja y Marfil de pasta fina, anteriormente citada, ambos procedentes de la porción central de la Costa del Golfo. Su distribución geográfica en el norte del Altiplano Central y en la zona serrana aledaña presenta patrones de dispersión muy similares, lo que indicaría que estos productos costeños circulaban a través de rutas de intercambio bien definidas, ampliando el peso comercial del grupo y conformando un desarrollo constante como rubro social establecido.
Como segundo rubro parte en la investigación e importancia de Huapalcalco, encontramos la especialización en la producción de instrumentos de obsidiana, la zona está rodeada de yacimientos importantes como lo son la Sierra de las Navajas, El Paredón, Zacualtipán, Otumba y Malpaís, el oficio se basó en la producción de artefactos bifaciales, monofaciales, cuchillos, raspadores de maguey, puntas, etc., activaron el proceso de intercambio comercial, los cuales se han encontrado en la región de la cercana Tula, Xochicalco y el Petén en Guatemala, evidenciando los acuerdos comerciales de intercambio. El distrito manufacturero, situado en el extremo sur del espacio urbano de Huapalcalco, cubre una superficie aproximada de 100 hectáreas y estuvo integrado por varios conjuntos habitacionales con densas concentraciones discretas de desecho de talla asociadas.[9] Pensando en los diversos usos que este elemento representó para las culturas prehispánicas (culto, guerra, religión, herramientas de trabajo, etc.), podemos dimensionar el peso económico, resultado de la explotación de los territorios con vista en la participación activa comercial de la zona.
El tercer elemento de estudio y sin duda el más extenso por la gran cantidad de relatos y fuentes primarias para su análisis, es el de la fundación del sitio por medio de sus crónicas, Los Anales de Cuautitlán nos indican que fue en el año 2 conejo cuando llegó el gran sacerdote Quetzalcóatl, explica su travesía y viaje en donde permeo de su sabiduría y conocimientos a muchas civilizaciones:
“… llegó Quetzalcóatl allá a Tulancingo. Allí pasó cuatro años, hizo su casa de penitencia, su casa de (turquesa y) travesaños verdes. Allí vino a salir por Cuextlan, por ese lugar atravesó un río, hizo para ellos un puente. Se dice que esté todavía existe. Año 5 Casa. Entonces fueron a buscar los Toltecas a Quetzalcóatl para que los gobernara allá en Tula y fuera también su sacerdote”.[10]
Con base en la traducción, encontramos fechas y testimonios del paso de Quetzalcóatl por el lugar, así como entendimiento de la construcción del recinto nezahualcalli, en donde se realizaban los rituales de sangre como penitencia. La sangre ritual fue una antigua práctica en Mesoamérica que tuvo diversas funciones religiosas, fue una costumbre entre toda la población, comúnmente asociada a celebraciones de renovación del tiempo, por ejemplo durante la conmemoración del Fuego Nuevo, o bien en ritos de fertilidad agrícola y que decir del sacrificio humano como entrega a la renovación del astro rey. En el ámbito mítico fue un rito divino practicado en asociación a la creación y protección de la población, pero también, desde tiempos antiguos, fue un rito asociado a la transmisión y legitimación del poder.[11]
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Con los argumentos anteriores, Huapalcalco pudo haberse establecido como un santuario, producto de un movimiento sociorreligioso restaurador del culto a y de Quetzalcóatl practicado en Teotihuacán, bajo una nueva concepción ideológica basada en un complejo cultural con una fuerte vinculación con el oriente, y con los puertos de intercambio. La práctica del autosacrificio se establece como fuente de autoridad política, como en cualquier otra civilización estudiada, y como símbolo de la función de redistribución de bienes de prestigio activando así su participación y posicionamiento económico en la región y periodo.
Esta breve introducción a Huapalcalco, nos permite analizar las propuestas que sirvieron posiblemente para el engrandecimiento de todos sus aparatos como pueblo establecido, nos da la oportunidad tambien de acercarnos al estudio del objeto histórico economía, sin duda alguna, un componente que ha sido eje medular de las más grandes transformaciones históricas de la humanidad; con lo anterior, sírvase este texto para incitar el estudio profundo de las causas y efectos a los que Huapalcalco fue sometido en el andar del periodo que comprende su desarrollo, así como entender el resultado cultural, económico, religioso, etc., que deja como pilar en las civilizaciones del altiplano central de México a este pueblo.
Bibliografía.
Müller, Florencia, Exploración Arqueológica en Huapalcalco, Hidalgo. Quinta temporada, en Anales, Instituto Nacional de Antropología e Historia, México, 1962, vol.15.
Snow, Michael y Snow, Elizabeth, Report on the Excavations of the F-30 Temple Precinct at Huapalcalco, Hidalgo, Ms. Archivo Técnico, INAH, México, 1971.
Gaxiola, Margarita y Guevara, Jorge, Un conjunto habitacional en Huapalcalco, Hidalgo, especializado en la talla de obsidiana, en La obsidiana en Mesoamérica, México, INAH, (Científica 176).
Hosbsbawn, Eric, Historia del siglo XX, Historia del Mundo Contemporáneo, Editorial Planeta, España, 2012.
Gaxiola González, Margarita, Proyecto Huapalcalco, Dirección de Estudios Arqueológicos, Instituto Nacional de Antropología e Historia, México, 2008.
Gaxiola González, Margarita, Huapalcalco, un santuario-mercado del Epiclásico en la región de Tulancingo en Caminos y Mercados de México, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2009.
Página de Instituto Nacional de Antropología e Historia.
http://inah.gob.mx/es/zonas/81-zona-arqueologica-huapalcalco
[1] Información obtenida en la página de Instituto Nacional de Antropología e Historia.
http://inah.gob.mx/es/zonas/81-zona-arqueologica-huapalcalco
[2] Müller, Florencia, Exploración Arqueológica en Huapalcalco, Hidalgo. Quinta temporada, en Anales, Instituto Nacional de Antropología e Historia, México, 1962, vol.15, pp. 75-98.
[3] Snow, Michael y Snow, Elizabeth, Report on the Excavations of the F-30 Temple Precinct at Huapalcalco, Hidalgo, Ms. Archivo Técnico, INAH, México, 1971.
[4] Gaxiola, Margarita y Guevara, Jorge, Un conjunto habitacional en Huapalcalco, Hidalgo, especializado en la talla de obsidiana, en La obsidiana en Mesoamérica, México, INAH, (Científica 176), pp. 227-242.
[5] Op. Cit., INAH.
http://inah.gob.mx/es/zonas/81-zona-arqueologica-huapalcalco
[6] Op. Cit., INAH.
http://inah.gob.mx/es/zonas/81-zona-arqueologica-huapalcalco
[7] Hosbsbawn, Eric, Historia del siglo XX, Historia del Mundo Contemporáneo, Editorial Planeta, España, 2012, pp. 92-115.
[8] Gaxiola González, Margarita, Proyecto Huapalcalco, Dirección de Estudios Arqueológicos, Instituto Nacional de Antropología e Historia, México, 2008, p. 3
[9] Ibídem, Gaxiola González, Margarita, p. 4.
[10]Gaxiola González, Margarita, Huapalcalco, un santuario-mercado del Epiclásico en la región de Tulancingo en Caminos y Mercados de México, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2009, p. 193.
Traducción del texto en Náhuatl que ofrece Primo Feliciano Velásquez, tomado de los Anales de Cuautitlán, Códice Chimalpopoca, 3ª edición.
[11] Ibídem, pp. 193-195.